Los picos de los Infiernos, sólo con ese nombre ya suponen un reclamo interesante. Al menos nos deja entrever que no se trata de una montaña muy accesible o con suaves y “angelicales” formas. Efectivamente el macizo lo forman tres cumbres aserradas, una arista continua que separa dos precipicios de roca veteada, con colores rojizos y afloraciones de mármol, que confieren a esta montaña una imagen inconfundible en el horizonte.
La zona de Panticosa, presenta un buen abanico de posibilidades, y ahora con mejores infraestructuras, con la reciente inauguración del nuevo refugio de Bachimaña, junto al Lago del mismo nombre, podemos pasarnos varios días en la zona con las mejores condiciones de alojamiento. De todas formas, existen valles y zonas no muy transitadas donde podemos hacer vivacs en altura y disfrutar de la naturaleza plenamente (eso sí, siempre sin dejar huella de nuestro paso). Lagos, cascadas y agua encontraremos fácilmente por cualquier zona.
Se puede optar por dirigirse hacia Francia, por Mercadau, desde este collado podemos acceder fácilmente a cumbres secundarias (Pico de la Muga Nord, de 2.675 m., Pico de Mercadau, de 2.728 m., y muchos otros, en poco más de 30 minutos). Podríamos acceder pasando por Francia, hasta el collado Norte del Pico Gran Facha, para luego ascender por toda la cresta, sin mayores complicaciones. Otra opción es acceder a la cumbre rocosa de Punta Zarra (2.941 m) y otras cumbres de la zona; aunque parezcan inaccesibles ofrecen algunas líneas franqueables en terreno escarpado donde hay que ayudarse con las manos, (ojo con enriscarse). En estos casos es necesario que nos aconsejen en el refugio sobre las líneas mas obvias para no perdernos en la subida. A muchos de ellos se puede acceder por el circo de Pecico y el lago del mismo nombre, al que accedemos facialmente en dirección Mercadau, a la izquierda sin llegar a alcanzar el collado.
También hay posibilidad de recorrer el GR-11 hacia el valle de Ara (Vignemale) o bien hacia Respumoso y el Balaitus.
Pero el plato fuerte en esta zona son El Garmo Negro, algo más distanciado desde la zona del Lago, y los picos de Los infiernos. Para hacer este último pico, vivaqueamos en los Ibones Azules (aun no había abierto el refugio, le quedaba apenas una semana) y con este campo base instalado, pudimos disfrutar de las ascensiones sin prisa alguna. Hacerlo desde el Balneario en un día, es una paliza de muchas horas. Nosotros decidimos disfrutarlo quedándonos 3 días en las alturas.
Desde los ibones, se accede al Collado de “Cuello del Infierno” y girando al Sur, hacia los Infiernos nos encontramos una gran pedrera: se puede optar por subir más a la izquierda (dirección de subida) y coger la arista desde un principio (algo más complejo y caótico, hubo un grupo delante nuestro que lo vio mal y se dio media vuelta para abajo) o bien se puede optar por el centro de la pedrera, para finalmente encaramarnos a la arista de la derecha, en la cual, la vía normal nos lleva a la otra vertiente por la que realizaremos todo el flanqueo de la famosa Marmolera. Una vez realizado el flanqueo por las líneas más obvias se accede a un pilar de roca que nos deja en la arista superior, y ya desde aquí podemos dirigirnos en equilibrio para pasar sobre otra beta de mármol, esta vez sin abandonar la arista, y por la que se accede a las tres cumbres, la Norte, Central y Sur. La arista es ancha en todo momento (andando), pero la verticalidad y el patio que tenemos a ambos lados hacen que aquellos con vértigo se lo tengan que pensar. De todas formas, la zona más compleja es el flanqueo inicial de la primera Marmolera (a media ladera y con bastante pendiente, hay que estar muy atentos de cualquier piedra o tropiezo) así como el acceso a la última cumbre que es algo más aéreo. Si hace buen tiempo, el paisaje es espectacular: desde la Partacúa y el Anayet, al Balaitus y al Vignemal, y Ordesa más al Este.
Si se complica el tiempo puede ser peliagudo el tema de encontrar el buen camino. En el flanqueo de la Marmolera, se va a la misma altura todo el rato, a unos 50 metros bajo la arista y sobre la veta blanca de Marmol, para descender un poco al llegar al pilar de roca por el que se asciende hasta la arista para no abandonarla. Otras opciones puedes ser más incomodas o complicadas. En las fotos he indicado la línea normal que es mejor no perder. Si el tiempo acompaña siempre se puede optar por pequeñas variantes según como os veáis de agiles y como llevéis el tema del vértigo, así según sea vuestro nivel técnico.
Se puede hacer una integral bajando hacia los lagos del… y el collado del Garmo Negro para volver a Panticosa, pero estas rutas son más complejas para hacerlas con mochila pesada y requieren de buena orientación e intuición para seguir el camino bueno, siempre en zona bastante escarpada, y con riesgo de caídas de piedras. La cumbre y la subida son muy bonitas y mantienen en todo momento un buen ambiente de alta montaña, teniendo que usar las manos en muchos pasajes (recomendable uso de casco por la posible caída de piedras).
Por si esto fuera poco, si volvemos por el mismo lado, desde el cuello del Infierno y rodeando el lago (Ibón de Tebarray), en muy poco tiempo nos podemos acercar al collado de Piedrafita, y desde allí ascender el Pico de Pondiellos (2.886 m.) desde el que se contempla todo el valle de Respumoso (Circo de Piedrafita), Sallent de Gallego y todo el valle del Tena.
A la vuelta, en los ibones, puedes bañarte, descansar…. mientras contemplas el pequeño glaciar de la vertiente Norte de los Infiernos, que se eleva 800 metros por encima de las tiendas y desde donde se ve perfectamente la arista de cumbre.
En invierno,
las condiciones cambian por completo y el acceso a muchas cimas se vuelve más
complicado. Nos serán de mucha ayuda raquetas o esquís de travesía, ya que a
partir del refugio, las aproximaciones son largas, con valles amplios y sin
mucha pendiente. En Abril de 2014, con mucha nieve aún y no en muy buenas
condiciones, pero al menos sin hundirnos, nuestra primera cima fue el Pico
Serrato, uno de los más cercanos desde el refugio, remontando directamente una
zona de fuertes pendientes que nos dejan junto al Ibon de Xuans. Desde aquí y
sin complicaciones, nos acercamos al collado entre los Batanes y el Serrato y
remontamos a media ladera la cima de este último, que la alcanzamos finalmente
por la arista cimera. Una cumbre muy bonita y con vistas espectaculares.
Al día
siguiente intentamos Los Infiernos, y hasta el collado del Infierno, accedimos
por los Ibones azules sin complicaciones con la nieve en buenas condiciones a
primera hora. Después llegamos a la ante-cima, ya que no vimos claro proseguir
por una travesía a media altura por la pendiente ladera Oeste sobre la
marmolera. Era asequible subir pero nos dimos por satisfechos. De vuelta atavesamos el lago
Se podía
optar por la ruta normal en la zona baja (en las imágenes se puede apreciar
como algún montañero de cara a la pared iba avanzando no sin ciertas
dificultades) o por la cresta y luego atravesar a media altura por la pala de
nieve hasta el pilar que da acceso a la primera cumbre y posteriormente a la cresta
somital. En la comparación verano-invierno se pueden observar la diferencia de
las condiciones y en las foto se aprecia la fuerte pendiente de la
marmolera. Enlas últimas fotos el Pico Serrato y amanecer junto a los ibones azules.
Durante gran parte del invierno se puede atravesar el lago de Bachimaña de punta a punta sobre el hielo, y esto te proporciona una extraña sensación de intranquilidad y tensión, por mucha profundidad que tenga la capa de hielo, más cuando en verano has podido ver las grandes dimensiones y profundidad que presenta, y junto a los 15 grados de temperatura que teníamos de vuelta al refugio. Un lugar de grandes contrastes entre el fondo del valle y las alturas, entre el verano y el invierno, donde poder disfrutar de la alta montaña.