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El Néouvielle es uno de los grandes
picos del Pirineo, enclavado tras la frontera, íntegramente en suelo francés.
Se sitúa cerca del mítico Col du Tourmalet, en la Reserve Naturelle de Néouvielle,
al este de Luz Saint Sauveur y al Nor-Este de las montañas de Gavarnie,
el Cirque de Tramouse y al Norte de la también conocida estación Piau Engaly (para
los amantes del ciclismo).
Para acceder a su cumbre se suele
escoger la vertiente Este o SurEste desde donde se puede hacer sin excesivo
desnivel, desde los grandes lagos que lo rodean (Lac d’Aubert y Lac de Cap de Long) ambos a unos 2.150 metros de
altitud. En cambio decidimos optar por un acceso más cercano por carretera para
nosotros, pero también muchísimo más largo y duro desde la vertiente Norte. Así
desde la propia subida al Tourmalet desde Luz, en el pueblo de Barèges, se
puede acceder a un parking y restaurant llamado “Du Liez” de la estación de
esquí a unos 1600 m, desde donde se remonta el Valle de la Glère, puerta de
acceso al Néouvielle por esta zona.
Así se asciende por el fondo del valle unos
650 metros de desnivel hasta el refugio de La Glère, magnifico, reformado y con
una situación privilegiada a los pies de cientos de laderas que piden ser
esquiadas, y con un horizonte dominado por el Néouvielle, que desde esta
perspectiva parece infranqueable. Y es que la ruta que queremos seguir parece
imposible de descifrar por las crestas ininterrumpidas que bajan desde la
cumbre a ambos lados.
Efectivamente la brecha Chausenque esta oculta y no es hasta
el día siguiente que empezamos a ver claro el camino. Claro y blanco, con mucha
nieve, y un día espectacular (era semana santa creo recordar…) que nos acompaña
en una muy larga jornada. Desde el refugio son 1.190 m de desnivel hasta los
3091 de la cumbre, y es que atravesando por la brecha, que se sitúa al norte
del pico, después hay que volver a descender unos metros, con lo que aumenta el
desnivel acumulado.
Con un calor importante y nieve
primavera, supuso 8 horas de pateada con esquís, algo más para los compañeros
que iban con raquetas. Demasiado para un
“casi novato” de los foqueos y las bajadas por nieve virgen y difícil de
esquiar. La subida al principio es un poco sube y baja ladeando y buscando el
mejor camino en un valle amplio y tendido. Mas adelante empieza a empinarse la
cosa, (la pendiente..,), y el acceso a la brecha Chausenque, vertiente NorOeste
requiere de crampones y empieza a notarse el cansancio.
Pero aun queda y bastante, bajando unos
metros, girando hacia la derecha y cogiendo de frente todo el plató superior, por
donde sube la vía normal, una subida amplia, larga aun y directa a la cresta de
cumbre. El acceso superior se hace desde la cresta, unos 30 metros, ojito con
hielo!! que no esta muy católica. Y las vistas una pasada. Para los que vamos
reventados (el que escribe), el cansancio apenas deja disfrutar, pero a la
bajada me tomo la revancha esquiando toda la bajada hasta el refugio de La
Glère (salvo la subida de nuevo a la brecha Chausenque, un coñazo el tema de pon
y quita focas…).
Un pico y un valle desconocido para nosotros
hasta entonces, pero con muchas posibilidades, y una belleza propia de los
mejores rincones del Pirineo.